Revista Humor

Jimmy Jump se cuela en el baño de un señor que hacía caca

Por Etcnoticias @etcNoticias

Fue inmediatamente repelido por la escobilla del water

Jimmy Jump se cuela en el baño de un señor que hacía caca

Jimmy dirigiéndose al espejo tras recoger el papel higiénico

Jimmy Jump, el conocido ‘espontáneo’ catalán, ha sido retenido por la escobilla del water de un señor de Cuenca por colarse en el baño de este mientras hacía caca. “Me llevé un susto de muerte y se me escapó tal ventosidad que se tuvo que oír hasta en Japón”, lamenta la víctima. Reconoce que no le gusta hablar del tema, porque él es muy suyo para eso de la privacidad, pero ante la insistencia del becario destinado en la ciudad encantada, el señor continúa: “Yo había entrado tan tranquilo, como todos los días, puntual como un reloj tras beber el café de las 07:30. Siguiendo la rutina adquirida con los años, me bajé los pantalones y los calzoncillos, me senté, noté ese ligero escalofrío que produce el contacto con la taza del water a primera hora de la mañana, y empecé, ya sabe usted, a cagar”. Justo entonces apareció Jimmy Jump, según corrobora un sargento de la Guardia Civil. Al parecer, estaba escondido tras la cortina de la ducha. “Así es”, dice el señor de Cuenca; “Apareció dando saltitos, con la birretina bien calada, cogió el rollo de papel higiénico y se puso a hablar mirando al espejo”. Fue entonces cuando, por fin, reaccionó la escobilla del water, que se abalanzó sobre el catalán y se lo llevó en volandas sin que este ofreciera resistencia.

Jimmy Jump, más conocido por irrumpir en la gala de Eurovisión de 2010 durante la actuación del representante de España o por colarse en la entrega de los Goya en 2011 está, al parecer venido a menos. Tal vez debido a la crisis, como casi todo el mundo, ha tenido que bajar su nivel de ‘saltos’, pues aparte del caso aquí relatado ha sido visto apareciendo en una clase de segundo de ESO mientras la señorita leía el dictado o en la pescadería de la esquina mientras todos se peleaban por la vez.

El señor de Cuenca, por su parte, termina con un: “Agradezco a Dios no haber comprado la escobilla en un chino, porque no sé si habría reaccionado igual de bien”, y vuelve a encerrarse en el baño.


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