Las excentricidades del director de cine Lars Von Trier son archiconocidas, y su carácter completamente intratable también. El director creció en un ambiente de total anarquía, sus padres decidieron no controlarle, y dejar en sus manos que él mismo se pusiese sus propios límites. No quiero aventurar hipótesis, pero muy posiblemente esto influyera, y bien, a que el adulto Von Trier sea tan “especialito”.
En el plató es insoportable, o eso dicen, exigente, infantil y con unos arrebatos más cercanos a la locura que al enfado. La pobre Nicole Kidman acabó llorando más de una vez cuando rodó con él Dogville (2003). El director quería que la actriz protagonizase la llamada “trilogía americana” compuesta por Dogville (que es la U), Manderlay (la S) y la inexistente Washington (que sería la A). El director danés incluso trató de ponerla en un aprieto al exigirle en una rueda de prensa en Cannes que prometiese que haría las otras dos películas con él, pero ella le dio largas. Nicole Kidman no pudo soportar al director, por lo tanto Maderlay (2005) la protagonizó Bryce Dallas Howard, y la tercera entrega ni se llegó a realizar.
También son muy famosos sus terribles depresiones, concretamente una le tuvo sin dirigir durante tres años, decía que había sufrido un bloqueo total y que no era capaz de volver a escribir un guión. Tras esto volvió con la pasadísima de rosca Anticristo (2009). En ella plasmó todos los horrores que le pasaron por la cabeza durante su depresión, sí, efectivamente yo diría que está un poco tocado.Por lo general es tremendamente bien recibido en Cannes, incluso cuando dice burradas tales como “soy el mejor director de la historia del cine”, que soltó cuando fue con Anticristo. Las veces anteriores se le rió la gracia al niño malcriado de Von Trier, pero en con su último chascarrillo nadie se ha reído. Comentó "Yo entiendo a Hitler, aunque comprendo que hizo cosas equivocadas, por supuesto. Solo estoy diciendo que entiendo al hombre, no es lo que llamaríamos un buen tipo, pero simpatizo un poco con él. Lo único que puedo decir es que durante mucho tiempo pensé que era judío y estaba contento. Luego comprendí que no lo era. Quería ser judío pero en realidad me di cuenta de que era un nazi porque mi familia era alemana, lo cual también me agradaba" (Extraído de elpais.com).Simpatiza en cierto modo con Hitler, esto es lo que podemos sacar en claro. La dirección de Cannes reaccionó rápidamente y expulsó del festival al danés. Su película sigue en concurso, pero él ha sido calificado de “persona non grata” en Francia. A pesar de haberse disculpado en un comunicado público, tras haber sido expulsado ha vuelto a comentar que se siente orgulloso de haber sido expulsado de Cannes y que él no es antisemita, pero que desde luego no es Mel Gibson. Bueno, creo que a fin de cuentas ha dejado claro sus ideales. Aquí, un servidor, ya está un poco cansado de las impertinencias de Lars Von Trier, suelta estas burradas para llamar la atención como lo haría un crío al que su madre no le hace mucho caso. Hasta el momento se le ha consentido todas sus tonterías, pero hasta aquí ha llegado, al fin ha conseguido lo que hacía mucho que se veía venir, que le soltaran una buena reprimenda por pasarse de la raya. Se le han soportado muchas excentricidades, pero una cosa es ser excéntrico como lo es Jack Nicholson o incluso Woody Allen y otra cosa muy distinta son las locuras de esta mente trastornada.
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