A nightmare on Elm Street 3: dream warriors (Chuck Russell, 1987. EEUU): seguramente la secuela más inspirada (además de menos irregular) de todas aquellas que generó el fantástico film original realizado por Wes Craven, aquí en labores de producción. Un proyecto con el cual se volvió a la esencia del ciclo iniciado tres años antes (incluyendo el regreso de la protagonista principal), además de unos, para la época, innovadores efectos, destacando lo de las marionetas y el esqueleto del final, que parece directamente sacado de Terminator. El mejor ejemplo posible de la cantera de cineastas e intérpretes que supuso esta saga.
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